Juan es un amigo y cliente de nuestro Estudio Jurídico desde hace varios años. Juan es un empresario argentino, que en aquel momento estaba preocupado por el futuro de sus bienes y de su familia, sobre todo cómo harían sus hijos para manejar la herencia después de su muerte. Juan es tan cuidadoso de los detalles que buscaba evitar conflictos entre sus hijos de dos matrimonios diferentes y asegurar que su patrimonio se distribuya según sus deseos y voluntad. Todas estas inquietudes de nuestro cliente Juan fueron los disparadores de este este artículo, pensamos que por ahí podíamos ayudarte de alguna forma comentándote algunas de las cuestiones que le contamos a Juan y quizá muchas de sus dudas y preguntas sean las mismas que podes tener vos. responder las preguntas clave que podrías tener a través del caso de Juan y su problema inicial para poder planificar adecuadamente la distribución de sus bienes. Una de las primeras pregunta que nos hizo Juan al ingresar a a nuestra oficina de Olivos fue: ¿Cómo puedo repartir mis bienes para evitar conflictos en el futuro? Si la muerte me sorprende ahora, sería un caos para mis hijos, no dejaría las cosas ordenadas, podría crear un conflicto de intereses y mis voluntad sobre los bienes no podría ser percibida por ellos. Inmediatamente respondimos que redactar un testamento claro puede ayudar a prevenir conflictos, aclarar dudas sobre conversaciones que en vida quedan postergadas porque son dificiles, y dejar constancia de los deseos y la voluntad del "testador", en este caso Juan, sobre la distribución de sus bienes y activos es una práctica saludable. También le comentamos que los testamentos pueden hacerse por Escritura Pública ante un escribano público, quien redacta el documento basado en su voluntad. El escribano guarda el original y lo inscribe en el Registro de Actos de Última Voluntad. La alternativa que es el Testamento Ológrafo en este caso ni siquiera se la mencionamos. Consiste en un escrito de puño y letra por el testador, debe ser firmado y fechado por Juan mismo en este caso. Pero corre el riesgo de perderse o no ser descubierto a tiempo, riesgo que entendimos Juan no quería correr por conocerlo desde hace tiempo. Una tercera alternativa era la que Juan había escuchado en una reunión de amigos cercanos, se trata de la donación en vida. Es decir donar ahora mismo alguno de sus bienes a sus herederos forzosos a los efectos de simplificar el proceso sucesorio en el futuro y reducir los costos asociados. Para el caso de los bienes inmuebles esta situación podría traer aparejados problemas en la perfectibilidad de títulos, por lo cual también la descartamos. Sabíamos que el tiempo era escaso y al parecer ninguna de las alternativas parecía convencer del todo a Juan, tal vez una combinación de ambas. Quedaban 15 minutos, y no queríamos abusar de su tiempo. No te pierdas la siguiente Parte 2 de la historia de Juan para ver cómo se resolvió su problema.