Imagínense que quieren comprar un auto y, para eso, se inscriben en un plan de ahorro. En estos planes "de ahorro", todos los meses los suscriptores pagan una cuota hasta que, por sorteo o licitación, les entregan el vehículo. Suena bien, ¿verdad? Pero aquí es donde aparece algo llamado Impuesto de Sellos.
El Impuesto de Sellos es un tipo de impuesto que cobran las provincias. Es como si las provincias dijeran: "Cada vez que firmes un contrato importante, como el de un plan de ahorro, vas a tener que pagarme algo por haber hecho ese contrato". Este impuesto varía dependiendo de dónde vivas, porque lo decide cada provincia de forma independiente.
El lío empieza cuando una persona que vive, por ejemplo, en la Provincia de Buenos Aires, paga ese impuesto sobre su plan de ahorro para un auto. Pero esa misma persona ve que alguien que vive en otra provincia no tiene que pagarlo. ¿Es justo que algunas provincias lo cobren y otras no? Aquí entra en juego lo que se conoce como el federalismo y la igualdad ante la ley: cada provincia tiene sus propias reglas, y eso a veces genera diferencias entre los ciudadanos de un mismo país. Además, en algunos casos, el Impuesto de Sellos puede ser tan alto que hace más costoso el plan de ahorro, lo cual puede afectar el acceso de las personas a sus vehículos.
Para resolver estas diferencias, muchas veces los tribunales intervienen. En un caso llamado "Circulando S.A. c/ Pcia. de Buenos Aires", la Corte Suprema de Justicia de la Nación (que es como el árbitro más grande de nuestro país en temas de leyes), dijo que no se debería cobrar el Impuesto de Sellos en estos contratos. La Corte entendió que este tipo de contratos, al tener una finalidad de ahorro, no deberían ser gravados con este impuesto.Sin embargo, algunas provincias no han querido dejar de cobrarlo. Es como si el árbitro dijera "no hay falta", pero algunos jugadores siguieran cometiendo la infracción.
Este conflicto tiene que ver con el federalismo fiscal, que es la forma en que las provincias y el Estado Nacional se reparten el poder para cobrar impuestos. Algunas provincias dependen mucho de estos ingresos, y por eso no quieren dejar de cobrarlo, aunque la Corte Suprema haya fallado en contra.
Ahora que la Corte dijo que este impuesto no se debe cobrar en los contratos de planes de ahorro, en teoría nadie debería pagarlo más. Sin embargo, todavía hay un problema: algunas provincias no están de acuerdo con este fallo y siguen cobrando el Impuesto de Sellos en estos contratos. Es como si el árbitro hubiera dado una orden, pero algunos jugadores no la quieren cumplir. Esto significa que, dependiendo de en qué provincia vivas, podrías seguir pagando el impuesto. Es decir, no todas las provincias acatan el fallo de la Corte Suprema de inmediato.
Si estás en una provincia que sigue cobrando el Impuesto de Sellos en los planes de ahorro, podrías: